Es difícil hablar de Homero y
su obra literaria. Tanto se ha dicho al respecto, que para decir algo original
–y coherente, por supuesto– se requiere ingenio y valentía en enormes
proporciones. Pareciera ser, al fin de cuentas, ¡un verdadero desafío! Homero
es una figura histórica misteriosa, intrigante, que se ha convertido en mito.
Tan poco sabemos de él, y sin embargo, tanto quisiéramos correr el velo de la
incertidumbre, de la ignorancia, para saciarnos con las fuentes de la verdad.
El mundo intelectual siempre se
ha preocupado tanto por sus poemas como por su persona. En los círculos
académicos se ha debatido bastante al respecto. Muchos sostienen que el autor de
“La Ilíada” y “La Odisea” fue una misma persona, pero que escribió ambas obras en
edades distintas, la primera, de joven, y la segunda, siendo un hombre bastante
mayor. Otros, en cambio, creen que tales obras son el fruto de relatos orales,
tergiversados por el tiempo y el traspaso continuo de muchas personas. Incluso
alguien propuso que el autor de ambos poemas fue una mujer (esta última tesis
fue considerada ridícula tomando en cuenta la idiosincrasia imperante en la
Grecia del siglo VIII a.c.).
Para quienes estén interesados
en profundizar sobre estas polémicas literarias en torno a Homero, algunas de
las últimas publicaciones que pueden consultar, en español e inglés
respectivamente, son las siguientes: “Ninguno
es mi nombre” de Eduardo Gil Bera (Valencia, Editorial Pretextos, 2012); y
“The making of the Iliad” de M.L.
West (Oxford, Oxford University Press, 2011).
Hoy, sin embargo, no deseo
detenerme en aquellos intrincados vericuetos literarios. Mi intención principal
es la de escribir una reseña del libro que Random House Chile me regaló para cerrar
este año. Se trata de “Odiseo: El Retorno”,
del escritor italiano Valerio Massimo Manfredi.
He querido comenzar esta
reseña transcribiendo las palabras de Carlos García Gual sobre este poema: “La Odisea es un gran relato de aventuras de
tonos casi novelescos y de sorprendente modernidad, que sin embargo, alberga
motivos muy antiguos de cuento popular. Lo que da unidad a esta espléndida
narración de múltiples episodios es la figura de su protagonista, Odiseo o
Ulises (según la versión latina de su nombre), un héroe de enorme humanidad y
singularidad personalidad. La Odisea es esencialmente el poema de Odiseo, un
personaje de abolengo épico, que ya está en La Ilíada como uno de los grandes
guerreros aqueos que combaten en el llano de Troya, pero cuya figura cobra aquí
un rostro mucho más complejo, en unos paisajes y horizontes que no son sólo
épicos”[1].
Como ya adelantaba al inicio
de este post, es difícil escribir
algo original sobre Homero, especialmente sobre “La Odisea”. Pero Massimo Manfredi lo ha logrado, y con categoría. Su
libro “Odiseo: El Retorno”, que es
una continuación de “Odiseo: El Juramento”,
nos transporta a las duras travesías de Ulises por volver a su patria querida, al
calor del hogar, a los brazos de su amada Penélope, después de terminada la
guerra de Troya.
Durante la guerra de Troya,
Ulises (también conocido como Odiseo) había destacado como uno de los grandes
guerreros griegos. Era un líder innato, un combatiente formidable, poseedor de
una inteligencia asombrosa y perspicaz. Pero al querer regresar a Ítaca, el
destino se vuelve trágicamente en su contra. Por idear la forma de vencer la
inexpugnable ciudad de Troya, que era defendida por un muro impenetrable, sumado
a otras acciones funestas hechas por él o por sus soldados, recibe la cólera de
los dioses, especialmente la ira de Poseidón. Aquí es donde comienza el
calvario de Odiseo.
Pronto se verá enfrentado a innumerables óbices. En su camino encontrará tormentas, monstruos marinos, sirenas, ciclopes, hombres con poderes sensacionales, tentaciones mortíferas, islas desconocidas, etc. Todo ello entreteje un escenario caprichoso donde los dioses del Olimpo se dividen apasionadamente en torno al destino de Odiseo y sus hombres.
Massimo Manfredi consigue que
sus lectores se compenetren totalmente en las aventuras del mítico héroe griego,
relatando vivamente sus sentimientos, sus remembranzas, aquella nostalgia
eterna que agobiaba su corazón. El escritor italiano pone bastante énfasis en
la nostalgia que siente Odiseo por “lo suyo”, por aquello que le pertenece y
desea recuperar (hogar, familia, fieles amistades). Y los sufrimientos y
penurias de Odiseo nos acompañan durante todo el relato.
Aprovecho de recoger esta
breve reflexión de Mario Bergoglio (actual Papa Francisco), sobre este
maravilloso poema homérico: “El origen de
la palabra nostalgia –del griego nostos algos– tiene que ver con el ansia por
volver al lugar; de esto habla la Odisea. Esa es una dimensión humana. Lo que
hace Homero a través de la historia de Ulises es marcar el camino de regreso al
seno de la tierra, al seno materno de la tierra que nos dio la luz. Considero
que hemos perdido la nostalgia como dimensión antropológica”[2].
Si me preguntan por qué leer
este libro, diría que existen múltiples razones. Porque es sumamente
entretenido. Porque trata de temas que, siendo tan viejos como el hombre,
mantienen su actualidad y vigencia en nuestros días. Porque es un intento de
leer “La Odisea” de forma distinta,
una reinterpretación que toma la misma base, que no modifica lo esencial, pero
que extiende el aspecto íntimo del protagonista, su fuero interno y su
imaginario personal.
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