lunes, 28 de julio de 2014

Eichmann en Jerusalén - Hannah Arendt


Hannah Arendt, filósofa alemana de origen judío, se había consagrado profesionalmente en 1951 con la publicación de su libro "Los Orígenes del Totalitarismo", obra en la que analizaba el nazismo y el estalinismo, con sus estructuras y formas de operar. Diez años más tarde, trabajando como reportera para una revista de Nueva York, viaja a Jerusalén para presenciar el proceso penal que había paralizado a la opinión pública: el juicio del criminal nazi Adolf Eichmann.

¿Pero quién era este enigmático hombre? Durante el Tercer Reich, Adolf Eichmann, teniente coronel de la SS, había colaborado en la organización del sistema que transportó millones de judíos hacia los campos de concentración donde luego fueron asesinados. Una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, Eichmann asumió una identidad falsa y se ocultó en Buenos Aires, Argentina, donde trabajó como empleado en una fábrica de automóviles. Finalmente, en 1960, bajo la llamada Operación Garibaldi, el servicio de inteligencia de Israel lo secuestró en territorio argentino y lo llevó secretamente a Jerusalén para someterlo a juicio por los graves crímenes en los que participó.

Este controvertido y tenso ambiente, sumado a la expectación de los gobiernos, la prensa y la opinión publica sobre los acontecimientos que se avecinaban, fueron el contexto en el que Arendt presenció el juicio y posteriormente escribió su libro. Es por ello que el juicio de Eichmann tuvo resonancias no sólo jurídicas sino también políticas, históricas y sociales.

"El relato de las escalofriantes atrocidades produjo el efecto de anular el aspecto teatral del juicio. Todo juicio público se parece a una representación dramática por cuanto uno y otra se inician y terminan basándose en el sujeto activo, no en el sujeto pasivo o víctima. Un juicio teatral, espectacular, necesita mucho más que un juicio ordinario claro y bien definido relato de los hechos, y del modo en que fueron ejecutados"(pág. 22). "Así vemos que el juicio nunca llegó a ser un drama, pero el espectáculo que David Ben Gurión se propuso ofrecer al público sí tuvo lugar, o para decirlo de otro modo, las <<lecciones>> que pretendía dar a judíos y gentiles, a israelitas y árabes, al mundo entero, efectivamente se dieron" pág. 23). 

Arendt ahonda en la personalidad del acusado. Señala que no se trataba de un "monstruo" o de una "mente siniestra". Por el contrario, Eichmann era un tipo absolutamente normal. Y esto es lo inquietante porque implica que si un "hombre normal" fue capaz de participar en el exterminio de millones de judíos, cualquiera podría llegar a la misma posición. 

Surgen algunas preguntas: ¿Por qué Eichmann no se percató de la perversidad del régimen y de su propio actuar? ¿Por qué no se detuvo a pensarlo? ¿Por qué no existió una reflexión seria de parte del teniente coronel de la SS que le permitiera concluir que aquellos actos y apremios contra los judíos eran intrínsecamente malos? Hannah Arendt entrega su respuesta al afirmar que Eichmann era incapaz de pensar. Si el reglamento decía algo, Eichmann lo hacía; si el superior jerárquico le daba una orden, él acataba; si se le entregaba una instrucción, el cumplía. Se trata de una regla ciega, de una adhesión irreflexiva y automática a una prescripción administrativa o legal. Aquí es donde la filósofa empieza a hablar acerca de la banalidad del mal.

Sabido es que Hans Kelsen, jurista y filosofo positivista de origen judío, afirmó que en la Alemania de Hitler existía "Derecho", esto es, un ordenamiento jurídico vigente compuesto por normas jurídicas abstractas y de aplicación general. Si bien es una opinión discutible, Hannah Arendt también cree que existió un sistema jurídico. Lo que ocurre es que, a su juicio, el sistema jurídico alemán había sufrido una "inversión valórica" que era usada para permitir deportaciones, detenciones, torturas y asesinatos. ¿Y porqué hubo pasividad frente a esta inversión de los principios y valores que regían la convivencia nacional? Esa pasividad se debe en parte a la banalidad manifestada en sujetos como Eichmann, personas comunes y corrientes pero incapaces de pensar en otra cosa que no fuera sus intereses  vagos y superfluos.

"Eichmann en Jerusalén" es un libro histórico de gran valor, que desde la perspectiva de Hannah Arendt sobre el juicio a Eichmann se encarga de entregarnos información relevante y bien documentada sobre los hechos históricos enlazados con el Holocausto, y proporciona una visión más amplia sobre sus causas y procesos. Así, por ejemplo, se describe el complejo proceso político y burocrático a través del cual el nazismo llegó a la ejecución de la Solución Final, pasando antes por otras etapas como la deportación en masa de judíos o la concentración en los campos de exterminio. 

Me parece que la mejor síntesis de este libro, es la que se lee en la propia contratapa del sello DeBolsillo: "Hannah Arendt estudia en este ensayo las causas que propiciaron el Holocausto, el papel equívoco que jugaron en tal genocidio los consejos judíos, así como la naturaleza y la función de la justicia. La mirada lúcida y penetrante de Arendt desentraña la personalidad del acusado, analiza su contexto social y político y su rigor intachable a la hora de organizar la deportación y el exterminio de las comunidades judías, además de la colaboración o la resistencia de algunas naciones ocupadas. (...) Sigue siendo uno de los mejores estudios sobre el Holocausto, un ensayo de lectura inaplazable para entender lo que sin duda fue la gran tragedia del siglo XX".

Por último, para quienes estén interesados en este vergonzoso y aleccionador período histórico para la Humanidad, les dejo un link donde pueden acceder a las grabaciones del juicio de Eichmann que en su conjunto suman alrededor de doscientas horas de video: Youtube Eichmann Trial

Nº de páginas: 440 págs.
Encuadernación: Rústica
Editorial: DeBolsillo
ISBN: 9788483460665

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